Y tú, ¿en qué miedo descubriste que eras valiente?
Termina el año y es momento de hacer balance de nuestro trabajo y periodo de establecer nuestros retos y metas para el año venidero.
Es posible que tengas en mente objetivos ambiciosos y muchos sueños por realizar. Tal vez cambiar de trabajo, reenfocar tu carrera profesional, pedir un cambio de puesto o quizá montar ese negocio que llevas años queriendo emprender.
Y, si eres como la mayoría de las personas, aunque estos sueños y retos te apasionen y los planifiques con enorme ilusión, seguramente los miedos frenen y lleguen a vencer tus anhelos de cambio y desarrollo. La realidad es que aunque cualquier proyecto de auto-transformación nos lleve a un espacio emocional positivo, el poder de nuestros miedos y temores son en ocasiones más fuertes que nuestros deseos.
Y es que el miedo es el principal factor que frena el cambio. “¿y si no me sale bien?”, “¿y si mi nuevo trabajo no me aporta lo que yo espero?”, ¿y si me despiden?, “¿y si no genero los ingresos suficientes?, ¿y si no funciona?… Y son esos “y si…” los que paralizan y anulan la voluntad de cada uno de nosotros.
La clave no es eliminar, anular o no valorar esos miedos. Y sencillamente no es la opción dado que no es posible. De hecho, podemos afirmar que nuestros miedos son hasta sanos y necesarios. Nos ayudan a ser prudentes, a pensar en profundidad las decisiones, a valorar alternativas…en definitiva a poner sentido común y ciertas dosis de prudencia a nuestras decisiones. Pero hasta ahí. Para que se miedo no sea más fuerte que tu voluntad y se convierta en un elemento tóxico, debemos verlo como un factor a valorar dentro de todos los elementos positivos que podría conllevar nuestro cambio, reto o meta.
Hay muchos pseudo-gurús que afirman “Atrévete. Salta”. Considero que la prudencia debe ser un factor prioritario en nuestras decisiones y más en aquellas transcendentales y de alto calado, tanto profesionales como personales. Por tanto, si aumentamos la frase y la cargamos de reflexión y sensatez podríamos afirmar que: “Atrévete. Valora el cambio. Analiza tus decisiones. Confía en ti. Y, con todo este trabajo hecho, ahora sí: Vence tus miedos y salta”.
Y tú, ¿en qué miedo descubriste que eras valiente?
«El cambio nunca es doloroso, solo la resistencia al cambio lo es». Buda
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